LA CRISIS UNA GRAN OPORTUNIDAD DE NEGOCIOS O COMO LOS ESTADOS NACIONALES TRASPASAN LOS RECURSOS DE LA POBLACIÓN A LOS EMPRESARIOS Y BANQUEROS.

LA CRISIS UNA GRAN OPORTUNIDAD DE NEGOCIOS O COMO LOS ESTADOS NACIONALES TRASPASAN LOS RECURSOS DE LA POBLACIÓN A LOS EMPRESARIOS Y BANQUEROS.

La crisis sanitaria que enfrenta el país, y el mundo, según algunos economistas representa un peligro no visto con anterioridad. De la misma forma aseguran que las secuelas serán catastróficas para le economía, en consecuencia, para la población en general. Aseguran que la recesión que se está incubando será muy difícil de superar y que los efectos de esta catástrofe la pagaran los más pobres del mundo.

 

Es imposible negar, que las consecuencias de la crisis económica que enfrentaremos una vez superada la crisis sanitaría, la pagaran los más pobres, ya que esa es una constante en la historia de nuestra humanidad. Por el contrario, los empresarios más ricos del mundo se verán fortalecidos una vez terminada esta, hecho que también es una constante, condición que se fortalece gracias al modelo subsidiario.

 

Estos hechos, riqueza y pobreza, que conforman una misma realidad, no son muy difícil de explicar y describir, pero una aseveración de este tipo requiere antecedentes, por lo que nos remitiremos a la crisis Sub-prime como ejemplo de lo expuesto. Dicha catástrofe económica se inicia el 14 marzo de 2007, momento en el cual la asociación de bancos hipotecarios de EEUU., informa que, los deudores morosos de créditos hipotecarios han llegado a su nivel más alto en los últimos 7 años, alcanzando unos 6 millones de contratos impagos, sumando una deuda total de $600.000 millones de dólares. Ahora bien, la pregunta es: ¿Cómo es que, en solo 3 años, una deuda que inició en EE. UU con solo $600.000 millones de dólares, se transformó en la entrega de $16 billones de dólares al conjunto de bancos privados más grandes del mundo?

 

 La respuesta la podemos encontrar en un modelo estandarizado con el que se hace frente a las crisis, instalado por el neoliberalismo o neoconservadurismo, que forzó a los Estados Nacionales a entregar miles de millones de dólares al conjunto de empresarios más poderosos del planeta, dinero que le pertenecía a todos los pueblos y trabajadores de dichos Estados Nacionales. La racionalidad de este hecho se explica y ejecuta bajo la excusa de la crisis, ya que dichos recursos estaban destinados hipotéticamente a rescatar las economías nacionales, todo bajo el supuesto que, asegura que la inversión al igual que el consumo se estimula y se alcanza por medio del endeudamiento, en consecuencia, son los bancos el motor de la economía mundial

 

La lógica del rescate financiero a las empresas bancarias, reflejada en la crisis económica de 2007 se propaga como pandemia, enfermedad que en solo 6 años (desde 2007 hasta el 2013), se traduce en que los Estados Nacionales aumentaran el nivel de deuda externa en más de un 40%, elevándola a más de $100 billones de dólares[1]. Pero dicho nivel de endeudamiento de los Estados Naciones, no se tradujo en la mejoría de las condiciones materiales de existencia de la población, por el contrario, las y los trabajadores, a pesar de que hicieron un aporte directo a las grandes empresas, principalmente a los bancos, al asumir la deuda externa privada, se vieron obligados a aumentar su nivel de endeudamiento ya que sus salarios disminuidos por la crisis no le permiten satisfacer sus necesidades más básicas y sus compromisos financieros adquiridos con los mismos bancos que ayudaron a rescatar.

 

Los gobiernos mundiales, organizados en el Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, Banco Europeo y OCDE, entre otros, como es muy lógico, instalaron un modelo de respuesta estandarizada para enfrentar las crisis, entendiendo que estas, independientemente de sus características y cualidades, siempre afectarán al aparato económico, es así como, para enfrentar al Covid 19, los Estados Nacionales, salen al rescate de sus economías entregando recursos a los empresarios y a los bancos, ya sea con recursos frescos o en la forma de disminución del pago de impuestos.

 

Como nuestro país, no está disociado del que hacer mundial, implemento el mismo mecanismo para rescatar la economía frente a la crisis, es así como, a mediados de marzo del presente año el gobierno anunció un plan de apoyo fiscal de $11.750 millones de dólares para enfrentar la pandemia, estableciendo que el “Principal costo, de unos $6 mil millones de dólares, lo representan las medidas de apoyo tributario (para las empresas). Se establece que se utilizará el 2% Constitucional, que “equivale a $1.400 millones de dólares, los cuales -en caso de necesitarse- se inyectarán a las carteras que requieran enfrentar la emergencia sanitaria. Además, se entregará $100 millones de dólares administrados por los municipios para apoyar a las microempresas con problemas económicos, (con bonos de entre $80 mil y $100 mil pesos)[2] y un bono tipo subsidio único familiar para 2 millones de personas, con un costo total de $167 millones de dólares[3], además de $500 millones de dólares para capitalizar al Banco Estado.

 

Posteriormente, el 8 de abril el gobierno anuncio, un nuevo paquete de medidas económicas para enfrentar la crisis sanitaria, por un total de $5 mil millones de dólares. De los cuales $3 mil millones de dólares, serán destinados a créditos, pero con garantías del Estado, lo que quiere decir que, si los créditos no son cancelados por los empresarios en un plazo de 48 meses, el Estado, o sea todos nosotros, los terminaremos pagando. Nuevamente se repite la lógica donde las pérdidas de los privados son asumidas por la población general.

 

Lo relevante hasta el momento, no es solo lo referente al rescate que realizan los Estados Naciones a los privados, acción que puede ser comprensible y justificable en un sistema donde los empresarios son definidos como el motor de la economía, en otras palabras, en una economía capitalista, neoliberal o neoconservadora. Lo que, si debe ser considerado como una condición crítica, implícita en la lógica de los rescates económicos, es que la solución a toda crisis económica, en primer lugar, pase por la disminución de los impuestos a los empresarios más ricos de la nación, acción que desfinancia al Estado por la menor recaudación y, en segundo lugar, la capitalización de los bancos, hecho que se traduce directamente en un mayor endeudamiento tanto del Estado como de las y los ciudadanos.

 

Esta lógica de rescate financiero es la expresión concreta del cambio en el sistema de creencias asociadas al liberalismo clásico o de bienestar, donde se espera que los empresarios utilicen recursos propios para el desarrollo de sus iniciativas productivas o de servicios, las que por su participación en el mercado generaran riqueza, que deberá ser reinvertida para potenciar un mayor nivel de producción. Esta premisa básica actualmente no existe, ya que, por un lado, la inversión no se realiza con recursos propios, pues estos se transforman en ahorro, por lo que para invertir se recurre a las instituciones financieras, las que otorgan créditos que se encuentran asegurados frente al no pago de los mismos.

 

Por otro lado, la riqueza obtenida por las empresas no solo es la consecuencia de su participación de mercado, un porcentaje importante de esta es resultado directo de los subsidios del Estado, expresado en la baja de impuestos o en el financiamiento directo de un porcentaje del salario de las y los trabajadores, así como también de las leyes sociales.

 

En los procesos de rescate de las empresas y los bancos, también existe un elemento implícito, al cual no se hace referencia, cual es que, al parecer las empresas y sus propietarios en décadas de labor y trabajo no han obtenido ganancias, es como si estas unidades productivas permanentemente en su desarrollo han vivido con pérdidas, las que se agudizan en periodos de crisis. Estos rescates económicos, dan a entender que los más ricos del país y del mundo, no contarán con un respaldo económico propio (espalda) que les permitiera enfrentar los momentos problemáticos, por lo que deben ser constantemente rescatados por los Estados Nacionales, en otras palabras, se da a entender que los empresarios son malos negociantes, ya que no tienen ahorros que les permita resistir la tormenta. La consecuencia directa de esta situación es el aumento de la riqueza expresada en ahorros de los grandes empresarios del país y del mundo, y al mismo tiempo, como consecuencia el aumento del nivel de endeudamiento de la población en general.

 

Claro, sería injusto dejar de reconocer el aporte del Estado a la población más vulnerable, expresada en un bono tipo subsidio único familiar para 2 millones de personas, con un costo total de $167 millones de dólares, al que debemos sumar $100 millones de dólares que los municipios entregarán a los microempresas con problemas económicos, en suma $267 millones de dólares, de un total de $16.750 millones de dólares, en otras palabras el gobierno de Chile, del total de recursos destinados al rescate a  la población, entendida como el pueblo y las y los trabajadores, para que enfrenten la crisis representa menos de un 2% del total (de los $16.750 Millones), expresada en subsidios de entre $65 mil y 70 mil pesos por persona.

 

La lógica del endeudamiento actualmente está naturalizada, las personas comprenden que si no se endeudan no podrán alcanzar los bienes y servicios necesarios para su subsistencia, no comprendiendo que, lo que las obliga pedir fiado es que sus salarios son miserables. Este hecho al mismo tiempo, también esta naturalizado y justificado, y lo podemos observar cada dos años, cuando los representantes políticos en conjunto con los empresarios disputan el aumento de los salarios, justificando constantemente que estos no pueden subir mucho ya que si esto ocurre las personas se quedarán sin trabajo, pues los empresarios no podrían pagar salarios tan altos, acción que obliga a las y los trabajadores a endeudarse para comer, subiéndose a una bicicleta que a la fecha tiene endeudado a los hogares nacionales en el 75% de su ingreso familiar, o sea trabajan para pagar, no para vivir.

 

La guinda de la torta, la podemos observar en este mismo momento al informarnos que el gobierno chileno ha solicitado una línea de crédito al Fondo Monetario Internacional por casi $24.400 millones de dólares para enfrentar la crisis sanitaria, endeudando aún más a las y los chilenos, y por otro lado bajándole los impuestos a las grandes empresas por un total de $6 mil millones de dólares, en otras palabras pide dinero prestado para tapar el hoyo creado por bajarle los impuestos a los más ricos de Chile.

 

Frente a lo expuesto se nos presenta la siguiente pregunta, porque nos endeudamos, si nuestro país tiene 2 fondos soberanos, uno de Estabilización Económica y Social (FEES), que al 30 de abril de 2019 su valor de mercado era de US$14.295 millones de dólares, y un segundo, Fondo de Reserva de Pensiones (FRP) que al 30 de abril de 2019 tiene acumulado un valor de mercado de US$10.179,51[4] millones de dólares.

 

Para finalizar, tres conclusiones y una pregunta, la primera es que rescatar a las empresas implica necesariamente un deterioro de las condiciones materiales de existencia de los pueblos, ya que dichos rescates se realizan traspasando recursos directamente a las empresas y bajando los impuestos a los más ricos, acciones que desfinancian al Estado obligándolo a aumentar su nivel de endeudamiento, acción que repercute en la disminución de los recursos destinados a los programas sociales. En segundo lugar, capitalizar a los bancos, propone directamente superar la crisis a partir de una demanda endeudada, en otras palabras, aumentar el porcentaje de endeudamiento de las familias que a la fecha representa el 75% del total los ingresos de los hogares. Tercero, los altos niveles de endeudamiento de las familias se traducen en mecanismos de control social, ya que limitan cualquier tipo de acción de corte organizacional de tipo sindical destinado a exigir derechos, pues que esta acción se considera conflictiva, y puede llevar a perder el trabajo, profundizando las deficientes condiciones de vida familiares. Por qué solicitar dinero prestado al FMI, cuando contamos con dos fondos soberanos que sumados es más dinero que el que se está solicitando, se buscará en nuestro futuro cercano bajar más aún los impuestos a los empresarios y a los más ricos del país, y estos recursos serán destinados a dicho objetivo.

 

Mario Paz Montecinos

Secretario de Los Hijos de Mafalda

La Palomilla Informativa del Pueblo Desorganizado.

El Mayor Compromiso con Nuestro Pueblo es la Organización.

 

https://www.loshijosdemafalda.cl/

loshijosdemafalda@yahoo.es

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