LA SEMILLA SUICIDA O EL FIN DE LA AGRICULTURA

Cuando en el mes de septiembre del año pasado escribí el artículo “El Fin de las Abejas ¿Será el fin del Mundo?”, no contaba con la información que cuento ahora y al momento no había logrado realizar el análisis que tratare de presentar a continuación.

En segundo lugar, como el quehacer político de Los Hijos de Mafalda, fuera de vincularse con los territorios, también tiene una base en la investigación y conocimientos acumulados, información recopilada, que muchas veces por el apuro o la falta de claridad exponemos con un análisis no tan profundo como nos gustaría, por lo tanto sesgado, hecho que finamente nos obliga posteriormente a corregir, modificar y complementar lo expuesto, ejemplo de ello es este nuevo artículo informativo asociado al tema de las abejas y a las semillas.

Como buenos materialistas históricos que somos, recogeremos algunos elementos del artículo anterior, es así como, quisiéramos recordar lo planteado por don Albert Einstein, quien, en su momento, previó la extinción de las abejas, gracias a la acción humana inconsciente de la humanidad, estableciendo a su vez, que una vez producido este evento, la especie humana tendría solamente 4 años de vida, puesto que transcurrido este tiempo, nosotros también nos extinguiríamos, junto con las demás especies animales. Situación comprensible, ya que para esta fecha el mundo no contaba con la tecnología necesaria para suplir es trabajo de estos bichos.

Einstein, plantea esta visión apocalíptica, fundada en la inconciencia de la humanidad, establece que este hecho claro no es casual, pero se produce porque nuestra especie aún no logra valorar y dimensionar la importancia de nuestro ecosistema y el planeta. Por otro lado, don Alberto, a esa fecha aún no había desarrollado la teoría de la estupidez humana, que viene a dar una explicación a muchas de nuestras conductas, que según esta teoría se realizan de manera inconsciente, por otro lado, a pesar de ser de que Einstein, se adscribía a la construcción del socialismo, él en su ingenuidad, nunca pensó que la avaricia humana llegaría al extremo de la destrucción consciente de las abejas y otros bichos.

Einstein, al igual que la gran mayoría de los científicos, piensan que estos fenómenos, los que afectan al planeta y a sus especies animales y vegetales, son acciones no planificadas, de esta forma, estos hechos son consecuencias no esperadas de nuestro accionar inconsciente, además entienden y aseguran que todas estas acciones son particulares e individuales, claro no asumen que sean hechos aislados, pero no comprenden que las consecuencias del accionar humanos está calculado, incluso las consecuencias negativas de dicho accionar configuran situaciones que producirán provecho y ganancia para un sector particular y reducido de nuestra población, que finalmente son los defensores de una ideología política y económica, que busca solamente favorecerlos a ellos mismos. Ejemplo de esta situación, son los defensores de las ballenas, quienes identifican a la flota japonesa como la principal responsable de la extinción de este mamífero, sin comprender que Japón, entrega y otorga los permisos para la casa, y que la comunidad internacional, no sanciona el ejercicio de esta casa, inacción explicada principalmente producto de que la nación nipona, es la tercera potencia económica del mundo, que además alimenta al mundo con tecnología de punta, y entrega créditos y préstamos a las naciones subdesarrolladas, sin los cuales estos países no podrían financiar sus economías, sus políticas e incluso hasta sus guerras.

Regresando al tema, a ustedes les debe caber la pregunta del porqué de nuestra afirmación, que deja de lado la estupidez humana y pone al centro de la discusión la intencionalidad objetiva de la destrucción de las abejas y los bichos en general.

 

LA ABEJA Y LA AGRICULTURA LIBRE.

 

Para los que no lo sepan, las abejas al igual que una multiplicidad de bichos voladores con un elemento esencial en la polinización, que es el proceso de transferencia del polen desde los estambres hasta el estigma o parte receptiva de las flores en las angiospermas, donde germina y fecunda los óvulos de la flor, haciendo posible la producción de semillas y frutos. El transporte del polen lo pueden realizar diferentes agentes, como abejorros, abejas, avispas, mariposas, polillas, moscas, así como aves como colibríes y algunos murciélagos. Para hacerlo más simple, la polinización es el proceso de reproducción sexual de las plantas, claro no es tan entretenido como el nuestro, pero sin este proceso no existiría vida. 

Como se logra observar, las abejas y otros insectos, son parte del proceso de reproducción de las plantas, sin las cuales estas no se pueden germinar. Lo entretenido de todo esto es que tanto las abejeas, abejorros, aves e insectos en general, a la fecha no han podido ser adiestrados, por lo tanto, ellos viajan y se trasladan libremente por el espacio, traspasando fronteras, sin diferenciar si fertilizan una planta o flor chilena, argentina, peruana o boliviana. Estos bichos son incontrolables, ya que trasportan la vida sin respetar leyes ni costumbres, banderas y nacionalidad, pasando por encima de los gobiernos y los empresarios.

Que estos bichos tenga tamaña libertad, es un conflicto para la industria productora de alimentos que pretenden monopolizar la nutrición humana y la de los animales, por este motivo “Monsanto”, “Syngenta” y “Bayer” entre otras, han decidido generar mecanismos de control de estos insectos, pero como estos mismos no obedecen los paradigmas empresariales, se han determinado a eliminarlos. Para lograr este objetivo, iniciaron generando abonos que aumentarán la producción de alimentos, asociado a ello, también se crearon pesticidas destinados a la eliminación de los bichos, los que han sido aplicados indiscriminadamente ya que estas empresas nos han convencido que los pesticidas tiene la finalidad de aumentar la producción de alimentos, para satisfacer las necesidades del mundo, hecho que no hemos cuestionado a la fecha.

A pesar de la introducción de plaguicidas, los bichos se siguen reproduciendo en masa, demostrando materialmente que los venenos utilizados en contra de ellos no han sido efectivos, claro, estos plaguicidas han afectado principalmente a la población humana y animal, generan por ejemplo nacimientos masivos de niños con deformaciones congénitas en madres que trabajan en las zonas agrícolas y que han sido sometidas a estos venenos, así como también la casi extinción de pelícanos y otras aves marinas, las que han sido afectadas en su proceso reproductivo gracias a estos plaguicidas. Incluso la utilización del DDT, el plaguicida más dañino que ha inventado la humanidad no logro controlar la población de abejas e insectos a nivel mundial.

Producto de esto, las empresas “Monsanto”, “Syngenta” y “Bayer”, se vieron obligadas a implementar políticas más drásticas aún para el control de las abejas y los insectos, sin perjudicar por supuesto la producción de alimentos, para esto inventaron semillas que tienen integradas sustancias químicas, las que traspasan toxinas directamente a las abejas, cuando estas realizan el proceso de polinización, con la finalidad de matar a cualquier bicho que realice esta función. Estas semillas a pesar de su violencia asesina, no lograron evitar el proceso de polinización y menos controlar de forma automática la población de abejas e insectos, estas empresas por lo tanto, se vieron en la necesidad de inventar una nueva semilla, que no sólo eliminará a las abejas, sino que también terminara con los procesos reproductivos naturales, por medio de una semilla estéril.

Es así como Monsanto, desarrolló y está comercializando una semilla conocida como “Terminator”. Esta empresa lo establece de la siguiente forma: “Mediante la biotecnología moderna es posible cultivar plantas que no produzcan semillas con descendencia viable. Esto se conoce como la tecnología de semillas estériles o tecnología GURT Gene Use Restriction Technologi[1]. Claro la misma empresa ha asegurado que ellos han realizado un compromiso de no desarrollar ni comercializar este tipo de semilla, a no ser que fuera absolutamente necesario, necesidad que se hace cada día más patente gracias a la extinción de las abejas y otros bichos que participan del proceso de polinización

 

Lo que resulta inverosímil, es que por un lado “Monsanto”, “Syngenta” y “Bayer” desarrollen semillas que contienen toxinas destinadas a eliminar a las abejas e insectos encargados de polinizar, herramienta tecnológica que podemos observar está dando resultados dramáticamente, expuesto por la extinción de las abejas e insectos, extinción que generará una crisis alimenticia de carácter mundial, y por otro lado estas mismas empresas ya tiene la solución para enfrentar dicha crisis, con la "tecnología Terminator", sólo falta que aparezca Sarah Connors y la película esta lista.

La tecnología “Terminator" es una práctica natural de la empresa norteamericana Monsanto, situación que es fácil de explicar al constatar que ella es la reina de “la producción de plantas transgénicas, ya que controlan aproximadamente el 60% del mercado mundial y un 70% del mercado de semillas. En la actualidad, grandes extensiones de cultivos de maíz, soja y algodón proceden de los productos transgénicos de Monsanto. Resistencia a plaguicidas, mayor producción, resistencia a determinadas plagas… Son sólo algunas de las propiedades que ofrecen sus productos a través de la modificación genética de las plantas[2]”.

LA DESAPARICIÓN DE LOS BICHOS.

 
 
 

Para muchos los bichos son una molestia, cuestión con la cual podemos estar muy de acuerdo, las moscas son una molestia además de representar desase o y suciedad, sin contar que transmiten enfermedades que pueden causar incluso la muerte, pero las abejas al igual que las mariposas, abejorros y otros insectos que forman parte del ecosistema agrícola, no son en ningún caso un problema, todo lo contrario, son un beneficio real y concreto ya que son parte de la cadena de polinización. Las pestes agrícolas como los pulgones, son controladas de forma natural por las famosas chinitas, que se alimentan de estos insectos dañinos sin afectar la planta.

Por otro lado, existen las plagas bíblicas,  estas son situaciones casuales generadas por la intervención humana en los ecosistemas, por los mismo, leer noticias como las publicadas en el Diario Estrategia, que asegura que “La población de abejas (en Chile) disminuye un 8% cada año, por lo mismo estos insectos podrían desaparecer de Chile en sólo quince años[3]”, o el exterminio de 10 millones de colmenas en los últimos seis años, o la muerte masiva de estos insectos, debería tener alarmado al mundo entero, y particularmente a los gobiernos entidades responsables del cuidado de la población de sus países, pero nuestra preocupación no le quita el sueño a los empresarios ni a los gobernantes.

 

Incluso en mayo de 2011, en nuestro país se estableció el ”Convenio Internacional para la Protección de Obtenciones Vegetales UPOV 91”, que cedió el derecho de semillas chilenas a las grandes empresas del rubro, entre ellas a la norteamericana Monsanto, conocida por la elaboración de semillas transgénicas y su herbicida Roundup[4]”, y el año pasado (2014) esta norma fue ratificada por nuestro congreso, todo esto nos hace sospecha la existencia de un complot en contra de la población mundial.

Al complot al que nos referimos es, aquel que en los últimos años se ha traducido en la eliminación metódica y sistemática de las abejas e insectos que son parte de la cadena de polinización, acción ejecutada por medio de los productos elaborados por “Monsanto”, “Syngenta” y “Bayer” entre otras. Esta acción en la medida que logra sus objetivos, se traduce en el desarrollo de una crisis alimenticia mundial, y para superar esta crisis, una alternativa que tendremos gracias a la inexistencia de abejas e insectos, será rogar a “Monsanto”, “Syngenta” y “Bayer” que comercialicen las semillas estériles o Terminator.

Para hacerlo más didáctico, lo expondré de otra forma, piensen, un agricultor con un sólo choclo transformado en semilla, puede reproducir 800 plantas de maíz. Una vez realizada la cosecha, este mismo agricultor puede elegir los 20 mejores choclos para hacerlos semilla, obteniendo un aproximado de 15 mil nuevas plantas, que una vez que germinen, le permitirá elegir 100 nuevos choclos para ser transformados en semillas, y de esta forma poder de forma ininterrumpida continuar con el proceso de producción agrícola. El trabajo de producción de este agricultor, sólo puede tener éxito siempre y cuando se produzca la polinización realizada por las abejas e insectos varios. Mientras se cumplan estas condiciones, la agricultura florecerá.

Si desaparecen las abejas y otros bichos, las semillas de maíz de nuestro agricultor no se reproducirán, a no ser que él tome un palito con un algodón en la punta, y pase de flor en flor del choclo realizando la polinización manualmente, acción que puede realizar, pero que será a todas luces menos efectiva. Sin las abejas y bichos, por mucho que tenga semillas naturales, estas no germinarán, y para poder seguir realizando su función, nuestro agricultor se ver en la obligación de comprar la semilla, pero no podrá comprar cualquier semilla, ya que gracias a la desaparición de las abejas, se verá en la obligación de comprar un tipo de semilla ya polinizada pero estéril, de la cual no podrá una vez terminada la cosecha obtener nuevas semillas para una nueva siembra y cosecha, por lo tanto, para mantener su trabajo y la producción de alimentos, será necesario cada año dirigirse a “Monsanto”, “Syngenta” y “Bayer” a comprar semillas, monopolizando de esta forma la producción de alimentos, y al mismo tiempo estas empresas se erigirán como las salvadoras de la humanidad, que discurso más neoliberal.

Pero si logramos alertar de este complot, y comenzamos a acorralar a estas empresas, estas ya se están preparando para esta eventualidad debido a que Monsanto compro la empresa de inteligencia Blackwater, la que a la fecha “Tras incontables denuncias internacionales por violaciones a la Ley, y habiendo adquirido fama por sus masacres de civiles en Irak y otros países, Blackwater cambió su nombre en el año 2009. No obstante, continúa siendo el mayor contratista privado del Departamento de Estado de Norteamérica, como una agencia secreta de servicios de seguridad[5]”, esto sólo quiere decir que Monsanto se está preparando para defender su política de monopolización de la producción de alimentos por medio de la utilización de la fuerza letal.

Como soy una persona educada, no puedo decir que hijos de puta son estos empresarios, ya que este complot está planificado hace largos años, y cada nueva década se hace más real.

Para finalizar y no dar más la lata, sólo queda decir que esta política económica es el reflejo real y concreto del neoliberalismo, y que en la medida que nosotros el pueblo no reaccionemos frete a este tipo de situaciones, nuestro futuro será cada día más incierto, ya que nuestra inacción permitirá que un grupo de sujetos, los grandes empresarios del mundo, que representan no más del 0,01% de la población planetaria dominen y se apropien de la riqueza que produce nuestro trabajo y de la tierra que nos alimenta.

 

 

 

 

 

 

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[5] https://centinela66.wordpress.com/2013/08/05/y-finalmente-lo-hizo-monsanto-compro-blackwater-el-mayor-ejercito-de-mercenarios-del-mundo/

[4] https://es.sott.net/articles/show/6494-Chile-Convenio-UPOV-91-La-polemica-medida-que-el-Senado-aprobo-entre-4-paredes

[3]https://www.df.cl/noticias/empresas/actualidad/en-15-anos-chile-podria-perder-las-abejas-o-convertirse-en-su-ultimo-refugio/2014-08-26/105124.html

[2] https://medtempus.com/archives/las-dos-caras-de-las-plantas-transgenicas-las-semillas-monsanto-y-el-arroz-dorado/


[1] https://www.monsanto.com/global/es/noticias-y-opiniones/pages/monsanto-va-a-desarrollar-o-vender-semillas-terminator.aspx